30 dic 2010

Adiós a CNN+


El periodismo ha muerto un poco más. Y no sólo por el fallecimiento de Luis Mariñas, ese periodista de rostro familiar pero nombre tantas veces olvidado, sino por la desaparición de CNN+. Este canal continuo de noticias es la última víctima de la compra de Cuatro por parte de Telecinco, y una muestra más de la pérdida de rumbo de Prisa, el otrora gran grupo español de la comunicación (que sigue siendo grande, pero español ya no tanto).

La señal, hasta hace un par de días ocupada por CNN+ y propiedad de Prisa y Turner (dueña de la CNN original) se ha convertido ahora en un canal Gran Hermano 24 horas. Curiosa metáfora. De una información plural, con corresponsales en buena parte del mundo, con grandes profesionales y con un aspecto innovador y serio que enriquecía la imagen de Prisa, hemos pasado a un programa que ahonda en los instintos más básicos del ser humano. Como se suele decir, hay sitio para todo (no es cuestión de prohibir GH, ni ningún otro formato); el problema es que al final no quedará sitio para la información de verdad.

CNN+ no es la única víctima de la mal llamada fusión de Telecinco y Cuatro (pez grande se come al pequeño). Por el camino se quedan profesionales (periodistas o no) como Concha García-Campoy (cuyo hueco en las mañanas de Cuatro pasará a ocuparlo Marta Fernández, aunque la Campoy ya ha encontrado un hueco en Informativos Telecinco), Iñaki Gabilondo (que desde que abandonara la SER no parece acabar de levantar cabeza), Javier Ruiz (presentador de Noticias Cuatro 1, cuyo estilo cercano y ameno pasará a ocuparlo el robótico Hilario Pino), Raquel Sánchez-Silva (presentadora de Pekín Express, programa que seguramente acabará en manos del desgastado Jesús Vázquez) o Paula Vázquez (cuya final de Fama Revolution han adelantado para dar entrada a una de las nuevas joyas de Telecinco, la exchica Wyoming Tania Llasera).

Con el cierre de CNN+ perdemos todos: los primeros, los cerca de dos centenares de profesionales que trabajaban en ella (aunque muchos siguen teniendo su trabajo en Noticias Cuatro, con la que compartía redacción central), que se quedan sin trabajo y que ya han mostrado su malestar frente a Prisa, por su pasividad en el asunto. Y segundo, los ciudadanos. El propio presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha afirmado esta mañana que se siente “triste” por el cierre de CNN+. Llega tarde. Evidentemente, las decisiones que toman las empresas no son responsabilidad ni consecuencia de los gobiernos. Pero sí lo es la facilidad que el gobierno socialista ha ido dando a las empresas mediáticas para fusionarse, crecer y ganar dinero por encima de la información. Cabe recordar que fue su gobierno el que permitió, gracias al decreto de medidas urgentes para el impulso de la TDT, y por presión de los grandes grupos, la fusión de las televisiones. Siempre que no superaran el 27% de audiencia como resultado de esa fusión, dos o más cadenas podían pasar a pertenecer a las mismas manos. Y en el panorama televisivo actual, tan fragmentado, llegar al 27% de share es bastante difícil para una sola emisora. Así que las facilidades para acumular cadenas de televisión en una sola compañía son cada vez mayores. Quién sabe si Berlusconi, quien ya posee las tres mayores cadenas italianas, no tiene entre sus megalómanos planes hacerse con las grandes cadenas privadas españolas.

Con el cierre de CNN+ el cerco sobre la información se va haciendo cada vez más evidente. No interesa que los ciudadanos estemos informados y podamos opinar con algo más de solidez. Sólo interesa que la gran masa consuma, se distraiga, olvide los auténticos problemas y, en definitiva, mantenga las cosas como están.

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